Por cuatro meses, operaron casi con impunidad. Vendían marihuana y cocaína cerca de escuelas, afectando directamente a niños y jóvenes. Hoy, seis integrantes de la red criminal “Los Cardenales” fueron capturados en un operativo que revela una verdad inquietante sobre lo que ocurre a pocos metros de las aulas.
En Fonseca, La Guajira, la Policía Nacional asestó un duro golpe a la estructura delincuencial “Los Cardenales”, un grupo dedicado al microtráfico de drogas en inmediaciones de entornos escolares. El operativo, desarrollado en coordinación con la Fiscalía y tras una investigación de cuatro meses, terminó con la captura de seis personas —cuatro por orden judicial y dos en flagrancia—.
El caso estremece: según la investigación, “Los Cardenales” distribuían estupefacientes en al menos siete zonas escolares del municipio de Hatonuevo. Su negocio ilícito les dejaba ganancias diarias de hasta cuatro millones de pesos, una cifra alarmante si se considera que muchas de las sustancias eran vendidas en pequeñas dosis, destinadas —presuntamente— a menores de edad.
Durante las diligencias, que incluyeron allanamientos autorizados por el Juzgado Segundo Promiscuo Municipal de Fonseca, fueron incautados 110 gramos de marihuana, 40 gramos de clorhidrato de cocaína y dos celulares que habrían sido clave para coordinar las entregas. Pero lo más contundente fue la infiltración de un agente encubierto, técnica que permitió recolectar pruebas decisivas para judicializar a los implicados.
Entre los capturados se encuentran José Antonio Mejía Amaya (con antecedentes por porte ilegal de armas y hurto) y Oscar José Zambrano Barros (antecedentes por tráfico de estupefacientes), junto con otros cuatro señalados por participar activamente en la red.
¿Cómo es posible que redes así operen tan cerca de nuestros niños sin que nos demos cuenta? La noticia causa indignación, pero también esperanza: las autoridades avanzan en la desarticulación de estructuras criminales que ponen en riesgo la tranquilidad de las familias guajiras.
Estos operativos son un recordatorio de que el crimen no siempre está donde lo imaginamos… a veces está justo al lado de nuestros hijos. Para más historias que revelan la verdad y defienden la justicia, síguenos en redes como Puntos de vista.
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