En la madrugada de este lunes 7 de julio, se apagó la vida de Miguel Ángel 'Zurdo' López, el técnico que hizo vibrar a Barranquilla y que transformó su historia con Junior. Tenía 83 años y, aunque la causa exacta de su muerte no ha sido confirmada, se sabe que su salud venía deteriorándose desde hace años.
Pero su partida no es solo una pérdida para el fútbol argentino. Es, sobre todo, un adiós que duele en Colombia, donde su nombre quedó escrito con letras doradas.
Para muchos, el 'Zurdo' no solo fue un técnico. Fue un símbolo. Un hombre que, desde el banco, supo levantar a un Junior desorientado y convertirlo en campeón en 2004. Aquella final sigue siendo una de las más emocionantes en la historia del fútbol colombiano: un 3-0 en Barranquilla, una derrota 5-2 en Medellín y una tanda de penales que dejó a todo el país sin aliento. Junior ganó 5-4 desde los once pasos. Y el Zurdo, con lágrimas en los ojos, gritó campeón por única vez con los Tiburones.
Un legado que traspasa generaciones
Nacido en Argentina, Miguel Ángel López se consagró como jugador en Independiente de Avellaneda, donde ganó cuatro Copas Libertadores y una Intercontinental. En Colombia, también levantó el título con Atlético Nacional en 1976. Pero fue como entrenador que encontró su verdadera vocación: dirigió por casi cuatro décadas, y lo hizo siete veces en Junior, más que en ningún otro club.
El Zurdo no solo dejó títulos. Dejó escuela. Dejó respeto. Dejó cariño.
Desde su llegada, se enamoró de la ciudad. Y Barranquilla le devolvió ese amor. Residía allí desde hace varios años, y aunque nació lejos, su corazón se quedó para siempre en la tierra del carnaval y del fútbol caribe. Se espera que en las próximas horas se confirmen los detalles de sus exequias, que serán públicas, como la huella que dejó.
La historia del 'Zurdo' López es una que merece ser contada, recordada y compartida.
👉 Si esta historia te tocó el alma, síguenos en las redes de Puntos de vista. Aquí honramos las vidas que marcaron un antes y un después. Porque hay figuras que no mueren, se transforman en leyenda.
Publicar un comentario